[...] Las fachadas de las casas parecían negras y las ventanas más negras todavía, haciendo contraste violento con la suave sábana de blanca nieve, sobre los tejados. En el arroyo, coches y carros habían trazado profundos surcos en la blanca alfombra que lo cubría, surcos que se cruzaban y se volvían a cruzar mil veces, allí donde las calles convergían y se ramificaban, haciendo intrincados canales por donde el fango espeso y amarillo se helaba junto con el agua sucia. El cielo estaba encapotado y en las callejuelas estrechas la niebla se mantenía aún, llevando en su seno partículas de hollín, como si todas las chimeneas de la ciudad se hubiesen puesto de acuerdo para humear a la vez. Ni el clima ni la ciudad tenían nada desagradable, y, sin embargo, reinaba un ambiente de alegría que acaso no habría podido causar el sol más radiante.[...]
¡Feliz Navidad a todos!
1 comentario:
¡Qué bonito! :)
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